jueves, 14 de mayo de 2009

Princesa del cuento. VIII

hola!!! estoy feliz (a pesar de que me pusieron a limpiar el piso)
asi k como recompensa les pondré otro capitulo de "princesa del cuento"!
bueno
menos charla y mas historia...
lo mejor es que esta no es tan corta---- a decir verdad es bastante larga,
en comparacion a lo que suelo escribir.
Pasenla lindo!
♥kiss♥
Ann

8.
‘Detesto pasar por la aduana’, pensé mientras esperaba a que la fila entre las aduanas se redujera un poco. ¿Cómo entretenerme mientras espero a pasar a la ventanilla para entrar al mundo Material?
Dejé mi planeta hace tiempo para unirme al ejercito de su majestad el Rey, fui el mejor de mi clase, y el más joven, tan vez fue esto lo que llamó la atención de los Capitanes de la armada, Guardias alfa, beta y gama de la tropa vampírica, vaya nombre mas adecuado, más de la mitad de los reclutas y los soldados son vampiros, además de sus capitanes: Ix Kydrin, Anes Vakew y Qwon Tide, los tres mejores de su clase.
Me asignaron una misión, e inmediatamente al concluir, me asignaron una tropa. Desde ese momento estaría al mando del capitán Kydrin.
Apenas me enteré de semejante suceso, el capitán se dio un minuto en su ocupada agenda para conocerme y sin previo aviso me dejó al mando de la tropa, acababa de ser transferido de cadete a teniente en menos de un día. No hice prueba, el capitán solo me dijo:
– Buen trabajo, tengo una misión, te encargo la tropa. ¡Cuídala, eh!
Y se fue. Después de eso y de un tiempo, me llegó un mensaje de él, para que pasara a recoger a la princesa Anelise, en esos días no había aduana, así que era un lío transportar algo o alguien hacia esta parte del universo. Tardé bastante en encontrarla y más enviándole otra reserva de plasma al capitán.
Desde que apareció la aduana, se hizo mas ágil para la mayoría de la gente, porque era más fácil localizar a la gente, pero una vez que todos se percataron de este detalle, se había convertido en un caos terrible para todo aquel que no era príncipe heredero o rey.
– ¿Cuál es su plan para su estancia en el mundo Material? – la voz monótona de la recepcionista de antenas lilas que sonaba por el interphone, me sacó de mis cavilaciones.
– Es confidencial.
– ¿Quién lo recibirá? – intentó otra vez.
– Es confidencial.
– ¿Por cuanto tiempo? – ¿qué no les enseñan a rendirse?
– Es confidencial.
– ¿Algo en que pueda ayudarle? – ¡al fin!
– Esto me dijeron que se lo entregara – tato tiempo había estado esperando, que había olvidado darle la nota del rey a la recepcionista.
Ella vio el papel que le tendía con desdén y lo tomó como si de algo explosivo se tratara. Lo leyó primero apresuradamente y luego cuando terminó lo leyó de nuevo deteniéndose en cada una de las palabras que habían escrito.
– ¿Te-teniente? ¡Oh! Disculpe mi impertinencia, yo no… – dejé de ponerle atención, nadie creería que soy militar, y menos un teniente, todos piensan que soy demasiado joven, eso es lo que explicaba en tono de sorpresa en la voz de recepcionista.
Pasé el arco metálico que delimita un mundo del otro, caminé un poco por la rampa de aterrizaje de vehículos y militares, y me quité el saco y la camisa blanca del uniforme. Por haber salido con prisas no me la había cambiado por la de viaje, pero, quién me manda a tener alas…
Mis alas… es mejor que crean que soy solo un militar y no un duque.

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