martes, 30 de junio de 2009

Princesa del cuento. XIV

hey! aún me queda una horita antes de irme a mi escuela

solo dos dias para vacaciones :D

pero luego solo tngo una semana de vacaciones y luego m voy un mes :( a un curso para sacar mi servicio social

bueno... todo sea por ser buena estudiante :P

aki les dejo el cap 14

me costó pokito, pero los dejaré ahí xq el que sigue es muy importante para la trama de mi historia

buenas noticias

tngo tambien el 15 y 16 en la compu :P y en mi celular (que es donde lo escribo) tngo hasta el 31!!! imaginen mi felicidad cuando vi en el asunto "Cuento 30"

dije WOW!!!!

asi k basta de charla y mas Princesa del cuento XD

y.........

Luces!!!!


Camara!!!!


Acción!!!!


♥kiss♥

Ann


14.

– ¿Quien eres? – susurró la reina.

– No comp…

– ¡Claro que si! ¡No he visto a Yun tan protector con nadie! ¡No mientas! ¿¡Quien eres!? – su voz había empezado como un murmullo, pero conforme avanzaba iba ganando intensidad y terminó gritándome.

– No soy nadie, solo una amiga – susurré, estaba confundida, ¿hasta donde podía ella comprender de lo que se trataba esto?

– Cuando dije lo de su boda con la princesa él se puso alerta y te miró con ansiedad – se estaba desesperando – ¿eres su novia? ¡Él está comprometido con la princesa Irina, no puede tener novia!

– ¿Pero se hizo militar para no casarse con ella, no? ¡Tiene derecho a escoger con quien estará el resto de su vida! – con cada palabra me iba preguntado más si era él a quien defendía o a mi misma… era defender exactamente lo mismo, pero en mi caso iba a ser mi matrimonio… con él – Yurem decidió su vida y no me importó tener el titulo que fuera.

– ¡Quién eres! – me gritó otra vez – hablas como si lo conocieras desde siempre!

– Es solo que lo comprendo – y ya que me exigía respuestas, ¿podía yo pedir algunas, no? – ¿Quiénes vendrán a la visita corta?

– El rey, la reina y su sequito vienen de improviso, pasarán aquí la noche y mañana la reina se irá y el rey cerrará unos tratos con mi marido – confesó.

‘¡Oh, no! ¡Vienen para aquí en este instante!’ le grité a Sue con los ojos cerrados.

~¿Quienes?~ como si una corriente de aire me trajera su voz escuché que mi amigo me decía.

‘Papá y mamá’ le contesté, no me importó el hecho de que probablemente estuviera alucinando o escuchando voces en mi cabeza.

~Pobre Yurem, hora de irnos~

’¿No sería mas fácil si los esperáramos?’ me aventuré a preguntar.

~¿Quieres esperarlos?~ preguntó.

‘Quiero quedarme a cenar, si llegan para entonces nos quedaremos, pero en caso contrario nos iremos lo mas pronto posible’ ¿contradictorio? Por un lado quería quedarme y esperarlos, pero por el otro quería huir y estar más tiempo con Sue.

~Está bien, pero~ por un instante vislumbré su rostro, se veía preocupado ~¿Qué te están haciendo?~

‘Ella sabe que no soy solo su amiga, pero no creo que haya notado que soy la princesa, dice que Yurem me protege mucho, lo que es obvio tomando en cuenta que para eso lo enviaron’ le expliqué rápidamente.

~¿No le has dicho quien eres?~ no se si era decepción o alivio lo que intentó transmitirme.

‘Supuse que si me presentaste como Mairi debió ser por algo’ las charlas mentales no me estaban gustando, no podía ver su expresión al hablar, ni la arruguita que se formaba entre las cejas al preocuparse.

– ¿Mairi, estas bien? – la voz de la reina me sacó de mi trance, y abrí los ojos.

– Si – antes de que mi mente procesara algo más, le cuestioné – ¿Para qué me trajo aquí?

– ¡Para arreglarte, niña! – sus cambios de humor repentinos estaban asustándome, hace dos minutos estaba furiosa y confundida, luego solo confundida y ahora feliz, gracias al cielo que ella no era mi madre – no puedes ver a los reyes en esas condiciones, parece como si hubieras viajado tanto como un militar, aunque parezcas dama de la corte.

‘¡Fantástico, mas comparaciones con la realeza!’ antes de seguir lamentándome, sentí que me jalaban a para pasar a otra puerta, y cuando entramos quedé sorprendida.

Estaba en un ropero gigante, más o menos del tamaño de la planta baja de una casa promedio. Nos encontrábamos paradas en medio de una de las paredes mas cortas, de este lado había infinidad de zapatos, mejor surtida que una zapatería. Justo la pared de enfrente tenía un enorme espejo incrustado en ella. Las dos paredes restantes, las más largas, y los pasillos que se formaban con los anaqueles y percheros estaban repletos de ropa.

– Ariadna, búscale algo adecuado para la ocasión – ordenó la reina.

Me jalaron a un área de vestidos y conjuntos de gala, de todas las tonalidades que conocía y de las que no, también. Creo que escuché algo como -tendremos que desvestirla- pero me encontraba tan abrumada que no estoy segura. Me probaron de todo tipo de vestidos, de varios colores, y en cierto momento Ariadna comentó que el rojo era mi color. Además que el color azul y rosa eran bastante favorecedores. Como si no fuera obvio. Era de esperarse que mi color y el de mis padres, pero entonces, ¿y el verde?

– No, niña, el verde es un color triste para ti, deben ser colores que resalten tus ojos ambarinos – dijo la reina.

Sin querer había dicho lo ultimo en voz alta, pero, ¿ámbar? Cuando habíamos salido de la Tierra mis ojos eran café oscuro, ¿y ahora ella decía ámbar?

– Señora mire, tiene… – dijo la muchacha señalando mi espalda.

– Oh, ¿esas son marcas de golpes? ¿Te han maltratado mucho? – ¿golpes? ¿No se dan cuenta de que son las cicatrices dejadas por las alas?

– Una capa de hilo de araña las cubriría perfectamente y dejaría al descubierto su figura – sugirió Ariadna.

– ¿Hilo de araña? ¿Rojo? – la reina estaba ideando algo – entre los vestidos de Lil hay uno como ese que nunca usó, ¿verdad?

– Si.

Me llevaron a rastras, otra vez, pero ahora la chica llevaba mis ropas. Nos detuvimos frente a un perchero con un solo vestido, en una bolsa de plástico. Digo vestido porque eso debía ser, aunque si el mejor diseñador del mundo lo hubiera visto habría llorado por solo acercarse. Era una preciosidad entretejida con hilo como seda en color rojo, con una capa muy suave y más larga que el vestido mismo y se sostenía por una larga cadena dorada. El vestido estaba escotado en el frente y con la espalda totalmente descubierta, unos finos tirantes que mas bien parecían unos cuantos hilitos trenzados entre si para anudarse detrás del cuello le daban forma, y era muy largo, con una figura que si lograba ponérmelo, me quedaría muy entallado.

~Hermosa~ escuché a Sue ~¿Ya estas lista? ¿Qué haces?~

‘Me visten para la cena’ respondí aturdida.

~¿Visten?~ sonó incredulidad en su voz.

– ¿Crees que le quede? – preguntó la reina.

– Absolutamente – la chica tomó el vestido y lo descolgó – niña, esto es perfecto para usted.

– ¡Bien dicho! – asintió la reina.

No quise darme cuenta de todo lo que me hacían y evité por completo el espejo, por miedo a que no me gustara en lo que me estaban convirtiendo, pero aun con estas precauciones no pude evitar sentir lo que me hacían, me pusieron el elegante ropaje y ataron mi lacio y oscuro cabello en un peinado que no imaginé que parecería, debo admitir que mi rostro no se inmutó, tal vez las expresiones que pensaba no iban a ser del agrado de mis anfitrionas que tan amablemente me estaban tratando. Después me maquillaron con cosas que no había visto en mi vida. Tuve que esperar mucho tiempo hasta que ellas coincidieron en que solo me faltaban tres detalles.

La capa; a pesar de todo, aun no la habían colocado para poder maniobrar mejor. Una gargantilla con cuantas rojas y doradas, que era más que nada un montón de pequeños eslabones de oro con las gemas incrustadas. Y un par de alambritos dorados enredados para formar un aro y ornamentados con gemas rojas a juego con el collar, en resumen, una diadema.

– Divina – las dos mujeres estaban satisfechas con su trabajo realizado.

La reina aun sospechaba que era algo más que solo la amiga de Yurem, y tal vez por eso es que me había prestado la ropa de su hija y arreglado de esa forma.

– Ariadna, es hora de que apresure a los muchachos – le explicó con un ademán – por favor guía a la señorita Mairi al comedor, los alcanzo en un momento.

La alidudida tomó mi mano y me llevó hasta el espacioso salón con grandes ventanales. La mesa seguía desocupada e iba a sentarme en la primera silla que estuviera a mi alcance, a fin de cuentas, Ariadna me había abandonado apenas me dejó en la habitación y había muchas sillas disponibles.

Un sonido como ningún otro que hubiera escuchado antes llamarme la atención me absorbió, corrí hacia la puerta de donde procedía tal magnificencia, y no me equivoqué ni una sola vez, pero llegado al momento en que solo hacía falta traspasar una sola puerta me acobardé, de pronto una de mis obras favoritas, la muy tranquila “Rapsodia en azul” empezó a sonar desde dentro interpretada por un virtuoso violinista. Imaginé mil formas de cómo podía ser él o ella, pero mi curiosidad me ganó y me acerqué a ver.

lunes, 29 de junio de 2009

Princesa del Cuento. XIII

hola! por fin lo terminé...

iba a hacerlo mas largo, pero luego lo vi completo y me aterré... les subo la primera parte xP

k tnemos detras de la cortina numero 1!

el capi 13!!!

♥kiss♥

Ann

13.

– Maldición – exclamó Yurem al escuchar una alarma lejana – ¡no deberían habernos notado hasta que aterrizáramos!

– Al parecer veremos a tu familia antes de lo previsto – comentó Sue.

– ¿Qué…? – algo iba a preguntar antes de ver a todo un batallón acercarse a nosotros. ‘Un ejercito contra dos militares entrenados y una supuesta princesa…’

– Nada de supuesta – interceptó Sue, sin perder su buen humor.

Un segundo después escuche unos ruidos como si fueran emitidos por un altavoz, eran rítmicos, como si de palabras se tratara, pero en un idioma extraterrestre.

– Es exacto lo que son – me aseguró Sue, una vez que plantee mis dudas en voz alta.

– Deberías de dejar de hacer eso – dije, despreocupándome de lo que se nos avecinaba, puesto que ellos estaban bastante tranquilos.

– Después de la audiencia tendrán que explicarme de que se trató esto – nos advirtió Yurem.

– ¿Qué dicen?

– Advertencias – me contestó tranquilamente Yurem, y luego se dirigió a mi amigo – son soldados de Tide, guardias del planeta, supongo, pero yo se que Tide está en la corte, entonces no hay problema por algún confrontación.

– ¿Y si nos capturan?

– No lo harán – replicó Sue.

No comprendía como es que ellos se mantenían tan calmados, pero era un sentimiento contagioso.

… Yurem?… admirablemente había conseguido comprender una palabra, aunque al ser un nombre no cambia mucho la pronunciación en otros idiomas.

– ¿Te conocen? – le pregunté.

– También los conocen a Kydrin y a usted – lo escuché como un reproche.

… Kydrin?… era otra palabra al aire que reconocí, no me daba muchas pistas, ya que eran los nombres de mis acompañantes.

De momento Yurem les dijo algo en esa lengua extraña y los militares abrieron un camino entre su barrera. Volamos a través de la brecha, y justo habíamos atravesado el batallón de soldados cuando el paisaje cambió abruptamente. Ya no se encontraba enfrente un planeta naranja y verde, sino un paisaje hermosísimo cubierto por montañas y mini lagos entre ellas, atravesado por los rayos solares y de las estrellas que lograban traspasar su atmósfera. Un paisaje mágico, que a pesar de todo, en el punto exacto donde estábamos descendiendo se encontraba un mosaico que, imagino, debe ser la pista de aterrizaje de los vehículos y gente con alas.


Apenas tocamos el suelo, los tres ocultamos las alas. Sue sacó de su mochila una blusa roja, ya que la mía estaba rasgada por la espalda, y una camiseta gris para él.

– ¿Quieres una? – le preguntó a Yurem, señalando la ropa que acababa de ponerse.

– No, gracias – él se puso la camisa blanca que llevaba y se ajustó el resto de su uniforme – ¿Está lista, señorita Mai?

‘¡Claro!’ reaccioné de pronto, ‘desde que Sue arruinó mi blusa antes de venir, no me la había cambiado, no vi la necesidad… y probablemente por eso Ter me había tratado como posesión y Yurem solo me veía de reojo’.

– ¿Mai, apenas te diste cuenta?

– ¿Ah, como crees? – me burlé disimulando, creo sinceramente que no me salió – ¿bueno si, algún problema?

– No – apareció una sonrisa malvada en su rostro – a fin de cuentas, solo te vimos así Yurem, pobre niño, todo el tiempo tuvo pena de mirar directamente a tu espalda y las marcas que dejan en ella tus alas, Ter, un maldito pervertido que casi pidió permiso para que formaras parte de su harén y yo… un pobre militar atado a sus ordenes…

‘¿Ya me dirás por qué no me quieres besar?’ lo interrumpí con mis pensamientos.

– Ordenes, hermosa, no puedo por mis ordenes – me contestó.

– ¿Puedes escuchar lo que piensa? – adivinó Yurem.

– Si puede – me apresuré a responder – pero no todo.

– Más de lo que debería – aceptó Sue.

– ¡Vaya! – a pesar de haberlo deducido por si solo estaba muy impresionado – eso explica las lagunas en las conversaciones que me he perdido.

Ya tenía puesta la ropa, pero por alguna razón seguíamos parados en el mismo sitio en que habíamos aterrizado. A nadie pareció importarle, pero yo sentía una ligera inquietud, como si algo malo me fuera a pasar… y pronto.

– ¡Qué esperamos! – pareció como si él me hubiera leído el pensamiento, cosa que era imposible debido a mis experimentos previos – ¿que vengan a recibirnos?

– No tengo ni idea de donde estamos – me defendí.

– Fuera de mi jurisdicción – dijo Sue – aquí tú eres el guía, y mira que no encontré una palabra mejor.

– Bien, creo que es por aquí – nos avisó el chico.

– ¿Creo? – le dije enseguida.

Escenas simultáneas: apareció una mujer sumamente elegante enfrente de nosotros. Yurem puso cara de espanto y yo di unos cuantos pasos hacia atrás.

– ¡Oh, Yun! – exclamó.

– ¡Oh no! – dijo el aludido, pero como buen caballero puso su mejor sonrisa, o eso pienso que fue, y terminó – ¡Hola mamá!

– ¡Yurem! – sonó como si estuviera enojada, pero habló con el lenguaje de ese planeta.

– Si, mamá – su voz era cansada, y luego siguió medio señalándome – si lo recuerdo, es solo que mi amiga no lo entiende y es una total descortesía dejarla aparte de la conversación.

– Ella se parece… -- ahora me puso un poco mas de atención la mujer y pareció reconocerme.

– ¡Señora mía! ¡Cuanto tiempo ha pasado desde la última vez que la vi! – la interrumpió Sue, cortando así el contacto visual que ella mantenía conmigo – déjeme presentarle a mi amiga Mairi, estamos dándole un paseo mientras termina el confinamiento en la Tierra de la princesa Irina.

– ¿Mairi? – estaba muy extrañada, y luego suspiró – con los rumores que hay de que la princesa Irina va de vuelta a su reino, y además el hecho de que tu eres su guardián, casi pensé que esta muchacha tan linda era ella, perdón niña, pero es que si fueras ella y mi Yun te hubiera visto antes, otra historia sería, tanto que todavía viviría aquí.

– Mucho gusto, señora – fue lo único que se me ocurrió decir – solo que no comprendo a que se refiere.

– ¿No te ha contado Yun por qué se fue de la casa? – bajé la vista, lo cual me ayudó a analizar su persona. Ella lucía un vestido de gala muy entallado color mostaza, y con su tono de piel casi blanco se veía espectacular, además de su imponente presencia era el vivo retrato de Yurem.

– No – susurré.

– No le cuentes – rogó Yurem, que a pesar de ser casi una cabeza mas alto que ella, parecía como si la presencia de su madre lo hicieran volver a tener cuatro años.

– Yo soy la reina de este pequeño planeta y de la galaxia, mis hijos son Yun, Chris y Lil, – luego se dio cuenta de su error y se corrigió – perdón, Yurem, Christopher y Liliam, lamentablemente hoy no se encuentra ella aquí, pues es dama de compañía de la reina Antje y por ahora está con ella, Chris es un niño, solo tiene 16 años. Lo que iba a contarte es que cuando Yun se fue, tenia unos 6 años apenas, y pues como todo príncipe heredero, estaba comprometido en matrimonio con una princesa, y esto no le pareció, a tal grado que se fue de la casa y se unió al ejercito, imagina nuestra sorpresa cuando nos enteramos de que se había autoproclamado Duque y ahora era el teniente Alfa… nosotros ya no podíamos hacer nada y menos cuando el capitán Kydrin – ella dirigió una pequeña mirada envenenada a Sue, pero luego la recompuso y me siguió platicando – lo dejó al mando de la tropa cuando Yun no tenia ni 10 años.

Esto me tomó por sorpresa, ¿desde cuando a un niño se le deja entrar al ejército? ¿10 años como teniente, en que clase de armada se había metido? ¿Entonces los demás también tendrían una corta edad cuando entraron?

– ¿Cuantos años tiene ahora? – opté por plantear mi pregunta menos importante… hasta ahora.

– 23 años cumplidos – me respondió.

‘¿Entonces yo cuantos años tengo?’ le pregunté a Sue.

– 17 en una semana – se apresuró a contestarme.

– ¡No puede ser! – grité.

– ¿Ocurre algo, niña? – me preguntó la mamá de Yurem – ¿tienes 17 años?

‘¡Son 15 en una semana!’ me quejé.

– Más 9 meses del embarazo de tu madre, mas 9 de tu viajecito intergaláctico, mas 6 meses que estuviste con tus padres – recitó.

Haciendo cuentas era 24 meses, dos años. De verdad iba a cumplir 17 en una semana…

– Me confundes.

– ¿Quieren comer algo? – preguntó la reina, como si la discusión acerca de mi edad no hubiera tenido lugar o no fuera importante para ella.

– Si, por favor – aceptó Kydrin – ¿me permite hablar a solas con Mairi un minuto?

– ¡Por supuesto! – ella se colgó de Yurem, le besó la mejilla y lo miró de arriba a abajo, tan protectoramente… como su mamá… y me dieron celos.

– No debes tenerlos – me condujo unos pasos mas atrás, sin que perdiéramos de vista a los extraños que parecían familia – cuando tú llegues a tu casa tendrás a tu madre y a tu padre, sin rencores ni reproches, solo amor, pero en cambio, Yurem sufre porque huyó y dejó de ser príncipe solo porque no podía entrar al ejercito siéndolo, y tomó el titulo que su padre dejó vacante al casarse con su madre, y además eso no es lo que iba a decirte – se interrumpió bruscamente. Tomó aire y mi mano, y la colocó entre nosotros – evita besar a cualquiera.

– ¿Por qué? – ya era mucho no poder besarlo a él y ¿además quería que no besara a otros?

– Aquí, el primer beso de una princesa, en este caso Lil, Anelise o incluso tú, indica su boda inmediata – dejó de mirarme a los ojos y se dedicó a examinar nuestras manos juntas.

Su confesión me resultó abominable.

– ¡Cómo es eso posible! ¿Y si me roban un beso? ¿Y si me caigo y beso a alguien por accidente? – cada vez se me ocurrían mas cosas, y las muy malvadas no querían quedarse solo en mi cabeza – ¿y si mi esposo es un demente y muere?

Solo me detuve porque él no pareció reaccionar, como si lo que acabara de preguntar le resultara muy triste.

– Si es posible, si te roban un beso, o caes sobre alguien o “accidentes”, entonces no pasa nada, pero si entre eso… respondes el beso, entonces si es boda – luego me miró con un ligero brillo de esperanza en los ojos – si él muere, el… hechizo deja de funcionar, así que puedes casarte con quien quieras y besar a quien gustes sin preocuparte por si serás esposa o no de ese.

‘¿Y si te quiero a ti?’

– No debes, no es correcto – sus ojos brillaron aun mas, pero se apagaron al instante.

– No me convence tu explicación.

– No importa, no pienso darte otra – su buen humor regresó.

Soltó mi mano y me empujó a caminar detrás de Yurem y su madre. Pasamos un gigantesco jardín en donde pude distinguir unos enormes pavos morados de medio metro, saludé a una muchacha cuya piel naranja y cabello verde se veían tan suaves como la seda. Varios soldados detuvieron su camino al ver a la reina y se inclinaron, pero al apenas levantarse le dedicaron un saludo militar y una cara de incredulidad por su atuendo a Sue.

‘No se siente tan mal pasar desapercibida’

– No te acostumbres, pronto solo te verán a ti – interrumpió mi improbable sueño.

– ¡Déjame soñar!

– ¿Capitán, que ha sido de la dulce princesa Irina? – la pregunta de la mujer hizo que me detuviera y Yurem también.

– ¡Puedes preguntarlo en la comida, mamá! – insistió el chico desde el lugar en donde se había quedado parado.

– ¡Pero Yun! – ella se dio la vuelta al ver que su hijo no iba a su lado – el capitán Kydrin es su guardián.

– Pero es una misión privada entre el rey Fremont, la reina Antje y él – Yurem seguía a la defensiva.

– ¡Yun! – pude ver que la reina puso cara de horror – ¡Cuándo regreses vas a casarte con ella!

Se hizo el silencio, y mi mente lo procesó al momento. Yurem se habia ido de casa porque no quería casarse… conmigo.

Yurem había bajado la cabeza, derrotado. Kydrin se había mantenido junto a mi pero ahora estaba tenso. Y la reina… bueno, ella no se dio cuenta del frío que recorría nuestras espaldas, el frío de un secreto revelado.

– No regresaré permanentemente… solo es una visita corta porque estamos de paso – las palabras del joven dijeron mas de lo que deberían. Desafortunadamente para nosotros, la reina lo notó.

– ¿No que solo es una visita guiada?

Ella no esperó a que contestara, abrió la puerta frente a la que nos habíamos parado y nos hizo pasar a una estancia que me pareció estilo oriental. No nos detuvimos, concluí que esta sala lujosamente ornamentada no era a donde nos dirigíamos. Dos habitaciones y cuatro pasillos desiertos después, entramos en un salón rectangular, con tres de sus paredes cubiertas por vidrios, la única que era una pared sólida era color crema, y estaba adornada por holanes, tenia unas cinco puertas cafés y cada una con sus detalles propios, nosotros habíamos salido en la mas alejada de la mesa que estaba colocada en paralelo a la pared, la habían puesto en su totalidad para un suntuoso banquete. Las sillas eran de cinco patas, no comprendí como comeríamos si solo estaban los asientos unos 10 centímetros por debajo del nivel de la mesa.

‘¿Cómo una casa tan grande puede estar tan vacía?’. Sue escuchó y se lo comunicó a la dama.

– Es porque se están alistando para la cena – ella seguía teniendo un excelente humor a pesar de todo lo que nos había pasado.

– ¿Qué celebramos? – Yurem seguía un poco escéptico y cohibido, como si todo estuviera planeado y él hubiera dejado de sentirse a gusto en ese lugar – ¿hay algo que no nos hayas contado?

– Nada por lo que tengas que preocuparte, hijo – su madre sonrió infundiéndole valor, y de nuevo los celos empezaron a crecer en mí. En respuesta, Sue me puso una mano en el hombro, como recordándome que eran infundados – solo una visita corta.

– ¿Una visita corta de quién? – el tono de alarma en la voz del muchacho me hizo prever el estado de animo en que se encontraba Yurem.

– ¡Ah, eso no importa! – la señora seguía feliz, pero de pronto se paró y volteó a verme como quien ve a un diamante en bruto, me asustó – niña, ¡mírate con esas ropas! ¡Ariadna! ¡Te necesito enseguida! ¡Ven!

Una muchacha salida de quien sabe donde se materializó junto a la reina, cada una me tomó de un brazo y me arrastraron a una puerta cercana.

Me entró el pánico. ‘¡Sue!’ pensé lo mas fuerte que pude. Mi amigo solo se encogió de hombros.

– ¡Qué no vas a hacer nada por ella! – escuché que le reclamó Yurem.

– Le hará bien estar un rato entre chicas – dijo.

Ya no terminé de ver como peleaban, pasamos por una puerta corrediza y un laberinto de pasillos hasta que lograron perderme.


Historia de un Bebe.

Ok, como aun no termino el 13 xq esta muy largo, les dejo otro de los minicuentos que sacamos en las platicas del programa Parte y Comparte, al que mis amigos y yo nos inscribimos para sacar el servicio social en un mes.

espero que les guste, aunk lo sadico se nos de bien cuando estamos haciendo un cuento colectivo.

PD: escritores de Hustoria de un bebe y Un cuento; Ann (Monkey), Fany, Marce (Bite), Sera (PPC), Jona (CC), Rebeca y Chable.

♥kiss♥

Ann

Historia de un Bebe.

Había una vez una pareja que quería tener un bebe, ellos decían:

– Si es niña será porrista, y si es niño será astronauta – decía la mamá.

– No, si es niña será cocinera y si es niño será futbolista – discutía el papá.

Llegó el día esperado y ambos estaban muy emocionados.

– Murió su bebé – declaró el medico.

Pero el bebé nunca fue entregado a sus padres, el doctor había hecho un trato con otra pareja y le entregó el recién nacido. Ellos lo cuidaron como si fuera suyo, le compraron todo lo que podían y lo mimaron como si fuese hijo propio. Pero un día la familia cayó en bancarrota.

El niño no podía ir a la escuela y lo pusieron a trabajar, la criatura dejó de ser el centro del universo y se dedicó a limpiar vidrios.

– Prueba un poco de esto – una niña con un vestido rasgado le dijo – se te quitará el hambre.

– No, mejor dale un trago a esto – le dijo un niño – se te quitaran tus malestares.

Cuando llegó a su adolescencia, no sabía si le gustaba más la compañía de los niños o las niñas. Ahora además estaba desubicado.

Un día se intoxicó con una sobredosis y llegó a un hospital, ahí le dijeron que tenía un tipo de sangre muy rara y que necesitaba una transfusión. Solo una persona tuvo su tipo de sangre, el doctor que lo atendía, y con un examen accidental de ADN descubrieron que era su padre.

Solo que su madre no era la esposa del doctor, era la otra… él no se enteró, estaba aun inconsciente, pero por momentos llegaba lucidez.

Tutto finite, James murió, pero al final sus padres biológicos lo encontraron.

Fin

miércoles, 24 de junio de 2009

Un cuento.

hola! estabamos en un curso para hacer nuestro servicio social para la escuela... y nos dijeron "escriban un cuento" ... no es k estuviera muy feliz, pero como no se me ocurria una mejor idea, en mi libretita escribi 3 lineas y se la pase a mis amigos para que ellos la siguieran... y bueno... esto es lo k salió... espero que les guste

Aclaro, no solo lo escribi yo, pero yo me encargué de transcribirlo... asi k no me culpen si de pronto de ser un inocente cuento pasa a ser algo mas :P

♥kiss♥

Ann

Un Cuento.

Habia una vez unos niños muy raros que no prestaban atención, sus nombres eran Jannya, Marce, Sera, Jona, Chable, Rebeca y otros. Pero bueno, dejemos lo distraídos y mejor vayamos al día de hoy, “El cumple de Sera”, el día era ventoso, y sus amigos planeaban mojarlo, ya que así sentiría mucho frío. Fueron de día de campo para celebrar el cumpleaños, el lugar era como un bosque donde vivieron muchas experiencias, pues para su sorpresa al entrar en este lugar se encontraron con diferentes animales, como osos, changos, ardillas, víboras, mariposas, perros, murciélagos, conejos, borregos, etc… pero como los niños no sabían como enfrentar a esos animales, entraron en pánico y empezaron a correr, pero los animales por el lugar en que se encontraban, su casa, eran indefensos, lo único que querían era hacer amigos, por lo tanto los animales solo los observaban y en cuanto a su comportamiento, ya que a los niños les resultaba difícil confiar en los animales y por eso no se les acercaban. Y corrieron por el pánico, y se perdieron.

Siguieron corriendo hasta llegar a un barranco, y Sera cayó… todos estaban muy deprimidos, pero Chable estaba feliz, porque unos días antes Sera había ido a una fiesta – y que él no – y se había puesto muy bueno el ambiente.

Pero Chable se dio cuenta de que Sera no estaba del todo mal, así que Chable lo remató con una gran pedrada, vengándose así de no haber ido a la fiesta.

Pedrada que Sera esquivó… Janny ala curiosa se asomó para ver como estaba Sera, y la muy… (no puedo escribir esa palabra) del barranco resbaló (jejeje – risa del cadáver de Sera).

Todos asombrados porque Jannya imán de accidentes quedó plasmada en una roca, nunca activó el paracaídas incluido… ya que a la cabeza me viene (vitacilina) == igual porque para la casa, el taller y la oficina, tenga usted vitacilina, ah que buena medicina == (comercialazo) mientras todo esto ocurrió, Chable, en la cima del barranco estaba feliz, porque se había vengado “jajajajaja” se reía sin cesar “jajajajajaja”.

Ahora eran dos cadáveres en el fondo del barranco… y hubo un derrumbe y todos cayeron y mueriron aplastados, Chable fue el único que quedó a salvo… casi, pero lo atacó un oso y murió, los demas que habían caído si murieron, pobre Rebeca, una roca le aplastó el cráneo. Pero llegó Súper-Fanny \F/… pero se le atoró la capa en un árbol y murió ahorcada, Jona tuvo mala suerte, quedó enterrado en el fondo.

Todos ellos murieron tristemente.

Pero Marce… no se si ella tuvo mas o menos suerte que el resto… ella fue la última en caer, y la que menos estuvo enterrada. Unos minutos mas tarde fue desenterrada por un hompaloompa y de ahí en adelante nació una nueva generación (combinación entre emo y hompaloompa) los EMOLOOMPA!!

… Y vivieron Felices por Siempre …

Fin

Nota: por si se pregunta que fue de la vitacilina… pues quedó intacta sobre una roca en la cima… tuvo más suerte que los niños distraídos.

Harry Potter Widget

domingo, 14 de junio de 2009

Princesa del cuento. XII

holap! perdón por tardarme tanto, pero esque es mi fin de semestre y kiero terminar bien....

entonces se me pasa subir el capitulo y pues... eso...

vale

no se si les guste este o no... pero a mi si.... asi k espero que lo disfruten leyendo, tanto como yo lo hice escribiendolo :)

♥kiss♥

PD: terminé de leer hasta el 3 libro de Vampire Academy, leí la zaga de Crepusculo y Brisingr de la de Eragon, ademas Sangre de Tinta (zaga Corazón de tinta) y ademas tengo que reportar practicas e irme a los conciertos y ensayos.... ¿creen que he estado ocupada?

jajajaja

♥kiss♥

Ann


12.

Después de tantas horas de vuelo, de las pequeñas comidas que había dado, y del reencuentro entre Yurem y Sue, estaba cansada. No físicamente, pero había algo en mi que me pedía un poco de paz.

Ellos habían estado platicando un largo rato y llevaban tanto tiempo sin verse que no quería interrumpir su conversación, aunque por momentos pareciera que iban a golpearse en pleno viaje, estaban bastante tranquilos, sospecho que para que no me preocupara.

Yo iba mirando las estrellas, pensando en que en la escuela nos dicen que hay millones y ellos jamás se plantean estar tan cerca y sin necesidad de trajes espaciales…

Algo sucedía conmigo, de pronto no podía respirar.

– ¿Mairi? – me llamó Sue – ¡Mairi! – gritó después de notar que no respiraba, había hecho que se preocupara – ¿Mairi qué tienes?

No tenia forma de hablar, no sin aire en los pulmones. ‘No respiro’

– ¡Qué tonterías dices, claro que puedes! – me dijo Sue.

– ¿Qué tiene, señorita Mairi? – me preguntó Yurem.

– Solo inhala, como si estuviéramos en la Tierra – sugirió mi amigo, y para disipar las dudas del chico, agregó – Ella cree que no puede respirar.

– Eso es absurdo, no necesita respirar – exclamó extrañado.

– Yo lo se, tu lo sabes, pero ella – movió la cabeza en mi dirección – no quiere aceptarlo.

– Señorita Mairi, no necesita respirar, lo hace solo por inercia o la necesidad de percibir olores y sensaciones a través del olfato – intentó explicarme Yurem.

‘¿Yo soy medio humana, recuerdas?’ le dije a Sue.

– Entonces explícame como es que llevas tanto tiempo sin respirar y no has muerto – me retó, pero yo no supe contestar – a menos que estés haciendo trampa.

– ¡Yo no hago trampa! – le solté, pero involuntariamente había tomado aire, así que me contradije a mi misma.

– ¡Ja! Sabía que funcionaría – se burló mi amigo – nos vamos, ya hemos perdido mucho tiempo con tu ataque de pánico.

– Es solo que no había notado que estamos en el espacio y no necesitamos de trajes espaciales para respirar – intenté explicarme.

De improviso los dos empezaron a reírse.

– Llevamos casi una semana volando aquí a más velocidad que una nave espacial terrícola y ¿no te habías percatado de que no necesitamos respirar? – se burló de nuevo Sue.

– ¡Absurdo! – Dijo entre risas Yurem, apoyando así a mi amigo en su burla – qué poco observadora es usted, señorita Mai.

– Ya déjenme en paz – me quejé.

Después de darme cuenta de detalles que cualquier persona diría imposibles, seguí volando, como si nunca hubiera dejado de hacerlo, ‘Tampoco tengo necesidad todavía de dormir’ compartí con mi amigo.

– Te dije antes que eran hábitos malos de humanos – Sue me sonreía – si, amor, humanos…

– Soy medio humana…

– Cada día en el espacio eres más…

– No lo digas – supliqué – si lo dices me harás sentir… anormal.

– ¿Anormal? – Fue Sue quien se quedó callado al escuchar hablar con tanta devoción al chico – Señorita, usted es la princesa, es la persona más normal en nuestro mundo, quien tiene más suerte y más admiradores en toda la unión galáctica, todos están ansiosos por saber como es y como ha cambiado en todo este tiempo.

– Eso me asusta – sin querer reduje la velocidad – ¿y si no soy lo que ellos esperan?

– Eres mucho mejor de lo que todos podrían esperar – me respondió suavemente Sue.

– Si ellos no lo notan, es que están ciegos – agregó Yurem.

– Espero que no se crean todas las mentiras que planean decirles – advertí.

– Prometo no mentir – aseguró Yurem.

– Prometo no salirme de la realidad – dijo Sue con voz de ángel, como si creyera que iba a caer en su trampa.

– Eso no me asegura que no mientas – corroboré.

– Lo se – se encogió de hombros – pero no diré que tienes superpoderes o alas que brillan en la oscuridad.

– Tramposo – le grité – eres malvado, Yurem, relévalo de su cargo.

– Pero señorita Mairi…

– No pienso discutir esto contigo – dije desdeñando a Sue – no quiero volver a verlo en mi presencia.

– Lo que diga, señorita Mairi.

Aceleré el batir de mis alas, esperando escuchar las de ellos o algo, pero el silencio se prolongaba cada vez más.

– ¿Sue?

– ¿Si? – dijo justo a mi lado.

– ¿No deberías haberte ido ya?

– Nadie puede prohibirme visitar a los padres de Yurem, así que vamos en la misma dirección.

– Pero no quiero verte – mi mal humor regresó.

– Eso debiste haberlo decidido cuando llegó Yurem – se rió – ahora estoy en mi deber de guardaespaldas y no harás que decline de mi cargo.

– ¿Es broma, verdad?

– De hecho no – la voz de Yurem justo detrás me sorprendió – al aceptar voluntariamente al capitán al principio de mi misión me deja fuera de sus decisiones futuras, pero si yo lo considero inapropiado, es mi decisión relevarlo o no, aunque hasta ahora ha hecho un buen trabajo.

– ¿Qué? ¿Acaso conspiran en mi contra?

– Velar por su seguridad no es una conspiración, princesa – aseguró Sue.

– ¡Sue!

– Está bien, Mai, pero no salgas con tus barbaridades otra vez si no quieres que tenga que amarrarte para que llegues a salvo con tus padres… – agregó mi amigo.

– ¿Yurem? – intenté que me apoyara él.

– Lo siento señorita Mai, pero en este caso – respondió, ya íbamos por mal camino y ni siquiera habia terminado la frase – aunque sea una locura, creo que el capitán Kydrin tiene razón.

– ¡Conspiración!

Ellos se rieron de mi reacción, pero me limité a acelerar e intentar dejarlos atrás, aunque con el tamaño de las alas de Yurem y la agilidad de Sue era una posibilidad muy remota.

– Princesa berrinchuda – se burló sue, para variar – todo por haberla mimado tanto…

– ¿Mimarme? ¿Quién? ¿Mi abuela? ¿Las MP? – lo reté.

– Tu abuela – aseguró, creo que se calló la última parte de su declaración.

– ¿Sabes quién mas? – le pregunté sin esperar respuesta – recuerdo a un niño que me iba a despertar antes de la escuela para que no se me hiciera tarde.

– Yo no lo recuerdo – Sue se había puesto muy serio.

– Y me llevó las tareas para que no me atrasara cuando estuve deprimida… – recordarlo era doloroso, pero valía la pena.

– ¿Quién? – se aventuró Yurem.

– Ah, nadie, creo que son cosas que él no querría que yo lo comentara – le respondí.

– Nadie quiere que divulguen sus… – se lo pensó acerca de seguir hablando.

– Sigue Sue – lo apremié pero enseguida cambié de idea – ¿Yurem, ya llegamos?

– Ah pues creo que es aquel planeta de allá – no podía estar indeciso, a fin de cuentas era su planeta.

– ¿Aquel verde con franjas naranjas? – intenté adivinar.

– Si, eso creo.

– ¿Y por donde está el paso para mi casa?

– De hecho es un túnel, algo como un agujero negro, que va desde el otro lado del planeta, pasa por su mundo y va al mismo punto pero del otro lado del universo – me explicó.

– ¿Algo como en el triangulo de las bermudas?

– Es exacto como eso, solo que en lugar de atravesar solo un planeta, va por todo el universo – aseguró Sue.

– Bien vamos – les dije – quiero conocer a los padres de Yurem.

Una vez arreglado lo que planeábamos hacer, reanudamos nuestro camino rumbo al planeta de Yurem.