Desideratum XII

Me dieron ganas de subir un poco más de mi historia hoy,

porque uno de mis amigos decía que yo no hago nada

(aunque él tampoco haga nada, se queja!)

asi que terminé de redactar este capítulo en la computadora

y decidí subirlo antes de empezar a escribir el siguiente :)

Un beso y que lo disfruten

♥Kiss♥

12.


“Tu casa es muy grande” comentó Apolo.
“¿De verdad? A mi me parece que es normal, ¿cómo es la tuya?”
“Mas pequeña, un jardín no tan grande” describió, “¿Te encuentras bien? ¿Porqué no fuiste a la escuela hoy?”
“Tuve fiebre en la mañana, me llevaron al medico, y no quise ir después de la consulta” dijo Jun.
“Pero, ¿ya estás mejor?” insistió.
“Si, voy a ir mañana”
“Ah, por cierto, en las escuelas de aquí, está protocolado que el viernes es ‘casual’, o sea que si lo deseas, puedes ir a la escuela con ropa normal, y no con el odioso uniforme ese, ¿eres nueva aquí, verdad? Digo porque yo no te había visto en la ciudad hasta el lunes que te encontré en el colegio” dijo Apolo.
“Si, papá nos trajo porque iba a trabajar aquí”
“¿Dónde vivías antes?”
“En Tizimin”, le contestó Juno. “Está en la costa también”
“No se por donde queda” se disculpó Apolo.
“¿Tú siempre has vivido aquí?” preguntó ella, tenía planeado que él fuera su amigo, pero debía conocerlo primero.
“De hecho no; hace como tres años, justo antes de que entrara a la secundaria, mi papá fue trasladado aquí, según me enteré, porque su jefe iba a expandir su negocio a Nassau y bueno, mi papá tuvo que venir a ver los edificios y no se que tanto más” le decía.
Esta historia era conocida, como que Juno ya sabía lo que le estaba contando. Lo recordó.
Hace poco más de tres años, Juno había ido con su familia, en uno de los viajes de negocios de su papá en un barco, por supuesto. Pero la nave tuvo una avería (era un navío de los inversionistas), y se detuvieron en la ciudad en la que ahora vivía. Su padre había quedado fascinado con el puerto y con la ciudad, así que decidió establecer una de las sucursales de su negocio ahí.
Dos semanas después, mandó a uno de sus empleados de confianza a conseguir lo necesario para colocar un puerto y oficinas en Nassau, cosa que terminó hacía cuatro meses atrás, y se mudaron.
“Apolo, ¿Cómo se llama tu padre?” preguntó intrigada Juno, tal vez podría enterarse de quien era, “no, mejor dime ¿en que empresa trabaja tu padre?”
“Su nombre es Gabriel Sykes y la empresa para la que trabaja se llama NEJU corp.”
“¡Oh, Dios!” dijo Juno, no sabiendo que mas poder decir.
“¿Eh? Oh este, ¿y tu padre en que trabaja?” le preguntó Apolo.
Buena pregunta. ¿Qué trabajo podría darle a su padre suficiente dinero como para que tuviera la posibilidad de pagar su casa? Esa frase era un completo problema, porque Juno no habia planeado que nadie fuera a visitarla, por tanto, nadie sabría que vive en una mansión, ni que tienen suficiente dinero como para pagarla. Debía inventar algo rápido, como que su padre la había heredado y que tenía un empleo simple en NEJU corp. Pero debía planearlo bien y rápido porque si Apolo sabía, algo poco probable, que esa casa en donde ahora se paseaban era la misma que había estado buscando Gabriel Sykes y Nereo Jut, los planes de pasar inadvertida de Juno podían irse bastante, bastante lejos.
“Creo que también trabaja en NEJU corp. Pero no se en que área” optó por decirle una verdad modificada.
“Imagino que no tiene trabajando mucho tiempo en la empresa” la expresión de Apolo decía que no le había creído mucho su respuesta anterior.
“Al menos en esta sucursal, si, porque antes trabajaba en Tizimin, pero su jefe…” Juno estuvo a punto de reírse, porque Nereo Jut era el jefe de la empresa, “… decidió traerlo hasta aquí”
No era una total verdad, pero tampoco era una mentira, además de que no debía decirle la verdad todavía, porque no tenía la suficiente confianza en él. Lo mas seguro era cambiar de tema, pero debía hacer algo pronto para que no se inmiscuyera mas en el asunto.

“¿Sabes algo?” le preguntó él, sin darle tiempo a contestar, “eres rara”
“Un poco, pero, ¿por qué lo dices?”
“Veras, en la escuela eres… como la niña nueva mala, quieres que te vean como la rebelde, y aquí en tu casa eres… mas alivianada, como que no te gusta presumir de lo que tienes, ni alardear de tu vida” se explicó.
“Aun te falta conocerme más, pero no estas muy lejos” le respondió Juno sonriéndole.
“¿Me dejarás conocerte más?” le preguntó él.
“Si a cambio tú me dejas conocerte también, estaría encantada”
“Entonces… ¿te gustaría ir a pasear, tal vez al cine o algo, conmigo?” le cuestionó tímidamente.
“Claro, ¿por qué no? Pero ¿Cuándo?”
“Que te parece si paso por ti mañana, o nos vamos desde la escuela” sugirió el chico.
“Desde la escuela me parece bien” Ella debía empezar a dejar su casa a un lado.
--Qué fácil puede llegar uno a tener un amigo, cuando este sabe conversar y es amable-- pensó Jun.