jueves, 4 de diciembre de 2008

Desideratum IV

Cada vez están mas cerca las vacaciones!!! Asi k estoy planeando apurarme a pasar la historia… total, solo es escribirla en la computadora! Mientras solo dejo la parte IV.
TADA!!! Aki está



4.


Las clases casi habían terminado ese día, y todos esperaban con ansias que fueran las 3 de la tarde para irse de una vez. Todos menos Juno, que aún pensaba lo que Nadia Samsa le había dicho, y ella estaba planeando como vengarse.

Obviamente, la venganza no es buena, pero puede funcionar.

Por localizar su grupo, no era un problema, es fácil encontrar a los populares, lo que es realmente difícil es que les crecía más el ego mientras mas conocidos eran.

La campana sonó y todos salieron. Juno se había quedado sumida en sus pensamientos, incluso después de que salieran todos.

“Hola, mi nombre es Apolo Sykes, ehm, lamento mucho lo de ayer, pero me agradaría mucho que fuéramos… amigos…” decía el “niño cerebro de cacahuate”, pero Juno lo interrumpió.

“¿Qué? ¿Amigos?” su voz sonó fría, era normal que sonara así en la escuela, se contuvo de reír y siguió con una expresión vacía y sin sentimientos, “¿Desde cuando alguien se hace amigo de su agresor? Aunque si tengo curiosidad por saber quien eres y cómo los chicos como tú pueden ser populares” le dijo sin que pudiera responderle.

Juno pensaba que él no sabía nada y que era hora de que ella regresara a su casa. Empezó a caminar hacia la salida.

“Espera, una pregunta, ¿a qué se refería el director con ‘tú distinguido padre’?” preguntó él.

“No lo sé” mintió Juno sin siquiera voltear.

Ahora tenia sueño y quería irse a su casa y dormir unas 3 horas, o no hacer nada, simplemente. Así que se apresuró a llegar a la puerta de salida de la escuela.

La limo de su papá habia ido por ella, pero ya casi estaba vacía la escuela, y los pocos que estaban no sabían de quien tenía tanto dinero como para que lo fueran a recoger a la escuela en una limousine.

¡Oh, no! Pensó Juno.

¿Por qué la limo? ¿Por qué no solo mandó su auto? Nadie debía verla subirse a la limo, sino sus planes de incógnita se verían arruinados. No iba a subirse ni aunque la escuela estuviera vacía de alumnos.

“¿Quién será el niño rico de la limo?” preguntó Apolo a sus espaldas. “sería fantástico conocerlo”

“Tal vez sea un niño rico mimado al que sus padres consienten como si fuera un bebe” le dijo Juno como aparentando que no sabía.

“¿Niño mimado?” él se rió del comentario “Sus padres deben consentirlo mucho si es que le mandan la limo por él, no puedo imaginarlo”

Por una vez, Juno no había faltado a la verdad. Ella era una niña mimada, hija única, de padres consentidores, y todos en su familia sabían que era especial y la querían mucho.

“¿Te imaginas te fuera chica? Wow, eso sería genial, ¿Cómo sería?” comentó él.

“No sé, no lo había pensado”

“¿Entonces qué? ¿Aún no te vas? ¿Esperas a tus padres o solo quieres enterarte por quien vino la limo?” le preguntó él con mucho interés.

“No, claro, no me he ido, mi padre no ha llegado”

“Eres extraña, en la escuela eres muy seria, pero se nota que te consienten mucho” le dijo él honestamente “solo deberías platicar más con la gente, es fácil charlar contigo”

“El verdadero problema es que no es fácil que platique yo con ellos” y volteó a verlo.

Ella se percató de que tenía bonitas facciones pero juno pensó que, aunque el también era extraño, decía la verdad.

“Hasta luego” dijo él.

“Nos vemos” le contestó ella automáticamente.

Ya era hora de irse, tomó el móvil y marcó un número.

“¿Puedes llevar el auto a la esquina?”

¡Agh! ¡Tenia que caminar mucho! Teniendo auto y tener que caminar tanto por una broma de su padre… que mal.

“Si, claro, señorita, pero su padre…”

Otra vez, ¿qué nunca se le iba a quitar esa manía de llamarla así?

“¡Que no me digas señorita!”

“Si, señorita, digo, perdón. Ahora voy”

“Gracias…” ¿qué mas podía decirle? Aún estaba pensando en lo que le había dicho Apolo Sykes.

Juno vio como la limo se iba, mientras ella caminaba hacia la salida. Logró escuchar a unas chicas diciendo que después de esperar tanto, el chofer de la limousine debió aburrirse de esperar y se fue.

Obviamente, al contratar una limo, el chofer estaba obligado a esperar a la persona que buscara hasta que llegara, pero no era el momento de explicar cosas así a unas chicas de ahí, seria casi como delatarse.

Qué raro, nadie creía que la limo era para una chica. Todos los que estaban especulando creían que era para un muchacho.

“Hola, Lo, ¿Cómo ha estado tu día?” preguntó a Lorre Ferrel, mientras este le habría la puerta.

“Bien gracias señorita, oh, perdón. Es que no me acostumbro, ¿Cómo quiere que la llame?” le dijo el joven.

Era tan raro ver a Lorre apenado que Juno se rió.

Lorre Ferrel era alto (como unos 1.90 metros), de cabello lacio, muy lacio, de color café oscuro, casi negro pero no del todo, casi largo, a pesar de que hacía un mes que no se lo cortaba, aunque ya necesitaba un corte, porque al jefe no le gustaba que lo tuvieran largo, ‘parecía un vago’. Esto le daba risa a Juno, ella creía que así se veía bien. Un chico delgado que se ejercitaba… al menos para no verse tan enclenque como cuando había comenzado a trabajar con los Jut.

“Llámame Juno, o Jun, como prefieras, pero que no se escuche tan formal, ¿si?” contestó Juno.

“Está bien pero, ¿y si su padre se enoja?” preguntó él aún mas apenado que antes.

“Pues entonces que se enoje conmigo. Hay Lo, tiene cuatro años que eres mi chofer y mi mejor amigo, no puede ser que me sigas llamando ‘señorita’…” le dijo ella.

Ya eran cuatro años. Aún recordaba ese dia, 14 de marzo. Ella tenía unos doce años y se había quejado con su padre porque no podía salir porque no estaba el chofer, más bien porque Nereo o Dafne habían salido y ella se quedaba encerrada. Así que su padre había contratado al hijo de su actual chofer para que la llevara a donde ella quisiera. Él era un niño de 16 años, que manejaba muy bien, todo enclenque, flacucho, y con cara de inocente.

Al principio había sido conductor de su padre, porque no confiaba tanto en él, aunque al poco tiempo había decidido que sería bueno que él fuera el chofer de su hija. Después de eso, Juno se había llevado muy bien con él, pero aunque ella le decía Lo, él siempre la llamaba ‘señorita’. Desde el principio Juno le reprochó que la llamara así, y que tenia un nombre y así debía llamarla.

Qué necios eran los dos.

“¿Vamos a su casa?” preguntó él, aún pensando en el día en que se conocieron.

Al parecer prefirió omitir ‘señorita’, antes de llamarla por su nombre.

“Si Lo. Oye ¿por qué trajiste la limo? ¿y mi auto?” no podía dejar su curiosidad aparte.

“El señor me dijo en la mañana que trajera ésta, pero si le molesta, mañana traigo su auto” respondió él.

“Si, por favor”

Qué raro era su papá, dice que va a apoyarla en su plan de incógnita y le manda la limousine.

A menos que…

2 comentarios:

Nay Tiyi dijo...

Primero el comentario sobre tu 4 parte.
Me gusto ^^
Espero que continue bien... Aunque en el prólog adelantaste algunas cosillas..

Estás ecsribiendo mucho más rapido que yo!! =)

Y con respecto a los dibujos... Es todo un tema, me muero de miedo que me salgan mal o algo asi... Sobre todo, me da mucha verguenza.

Un beso enorme!!

Nay

Nay Tiyi dijo...

Voy a ver si me animo a dibujarlos, ahora que tengo algo de tiempo libre.

Espero que andes bien!!
Y también espero la continuación. Yo me tengo que acostumbrar a escirbir a mano ^^

Un beso enorme!!
Y gracias por toda la buena onda

Nay