martes, 17 de noviembre de 2009

Princesa del Cuento. XXI

21.

¿Irina? ¡Oh Irina! esto debía ser malo, y mucho, porque la mujer de mis sueños se veía sumamente desgastada, exactamente como si no hubiera dormido en demasiado tiempo ¡Cuánto me alegro de verte! Cuando las luces se apagaron y desaparecieron tú y Christopher…

Escapamos, Christopher aún está en la casa de Gena y Kydrin, pero me han vuelto a raptar

le solté de golpe, no tenía mucho tiempo como para estar con rodeos antes de que recobrara la conciencia.

Ella se quedó muda dos segundos y luego llamó a alguien.

¿La casa del capitán? ¿Cómo llegaron tan rápido hasta ahí?

Estábamos bastante cerca, pero todo el tiempo nos siguieron, así que tal vez solo a mí se me hizo corto.

Iremos a rescatarte.

No , mi tono de voz me recordó a la vez que me había comportado como princesa con Yurem

ellos quieren que yo me convierta en reina, ya veré como salir de esta.

Le sonreí, y estoy segura de haber notado el momento en que me desvanecía y como la imagen iba reconstruyéndose en la de Kydrin.

¿Mai? escuché que me decía.

¡Cómo pudiste no decírmelo! ¿Cómo pude yo reclamarle eso? ¿Cómo pudiste hacerme creer que…?

¡No, Mai, no es como piensas!

él estaba muy alterado.

Entonces le dije algo que ni pensaba ni sentía, que nunca debía haber dicho y mucho menos insinuado.

¿Cómo pudiste dejar que me secuestraran?

Él no supo que contestar, yo me di cuenta de lo que acababa de hacer al terminar la frase y por instinto me tapé la boca. Sue hizo un ademan de abrazarme, pero me desaparecí y regresé al mundo terrorífico del que me había escapado por unos minutos.

Desperté, esta vez si había luz, blanca. Estábamos retenidas en unas sillas, atadas de pies y mano a la madera. Me moví un poco para revisar los daños y noté que volvía a tener puesto el vertido de seda rojo. ¡Y había más chicas a mí alrededor! Yo estaba en un extremo, y las demás están atadas de la misma forma formando un semicírculo.

A mi izquierda había una chica más o menos de mi edad, vestida muy elegantemente de color naranja brillante, ¿Era Quim? No estoy muy segura.

Después estaba una chica con unos ojos negros asustados, vestida de amarillo, contrastante con su piel morena y su cabello negro. Luego estaba una muchacha muy interesante, por alguna razón me pareció conocida, iba en color verde, pero ella no estaba asustada, por el contrario, mantenía perfectamente la calma y me miraba fijamente. Junto a ella se encontraba una niña de unos 4 años con un vestido de muñeca color azul cielo. Y a continuación otra un poco más grande, de piel azulada con ojos y atuendo morado intenso, tenia además un hermoso cabello rizado en un tono lila que combinaba perfectamente con sus zapatitos que se asomaban bajo su falda.

Al final, justo enfrente de mí, estaba la chica más grande del grupo, me refiero a la edad porque en cuanto a físico… bueno el caso es que estaba sentada pulcramente en un taburete de terciopelo, llevaba un vestido traslucido de seda rosa, era pequeñita, casi un hada, pero en su rostro severo denotaba su experiencia. Ella mantenía los ojos cerrados, concentrada en algo, y al poco rato la brisa la hizo ponerse alerta.

Justo en medio de nosotras había un trono. No sé de qué otra manera llamarlo. Era una silla de respaldo alto, toda negra con pequeñas incrustaciones de ónix. Intimidante.

¿Mami? ¿Mami? la niña pequeña no solo tenía ropa de muñeca, sino también voz de muñeca ¿Dónde está mi mami?

Calla Suzari, o sino no podremos escapar dijo la voz aterciopelada de la pequeña de morado.

Pero Cavi, si no llamo a mi mamá, ella no sabrá dónde estamos insistió la niñita.

Suzari, ahora mismo no puedes llamar a tu mamá, ellos han bloqueado nuestros poderes le explicó Cavi.

Pero…

¿Bloqueado nuestros poderes? ¿Quieres decir que no puedo llamar a Genz y pedirle que me rescate? la chica de amarillo estaba realmente asustada Genz? Genz? Come here, please!

No Yely, Genz no puede venir, es cosa nuestra ahora

Cavi era la más lúcida hasta el momento.

Mi visión periférica localizó una puerta detrás de la chica de rosa y el resto de las paredes eran color blanco hueso y no había ninguna ventana. Vi a la chica de al lado moverse, y me percaté de que si era Quim.

¿Oye Mairi, crees que podrás soltarte? me susurró Creo que yo lo lograría.

Intentemos.

Al parecer nuestro pequeño intercambio de información no había pasado desapercibido ante nuestras compañeras cautivas.

¿Quiénes son ustedes? era la voz de Cavi de nuevo.

Mi nombre es Quim y ella es Mairi me salvó mi amiga, pues yo estaba atontada por la extraña pregunta, ¿qué tenía eso que ver?

Si, si , Cavi estaba exasperada ¿Princesas de dónde son?

¿A qué te refieres? Quim estaba asustándose.

Ella , dijo señalando a la chica de amarillo con el mentón es Yely y es princesa de los Cometas y asteroides. Anelise es del mundo entre los mundos dijo refiriéndose a la siguiente muchacha, la que me miraba fijamente. ¡Claro! La chica se parecía a mí, o eso creo, excepto por el color verdoso de su piel y de sus ojos coloreados así por su esencia (y mi color natural avellana), . Suzari es de las aguas, ya sabes, mares, océanos, todo en donde haya algún liquido y seres vivientes, eso es lo que gobernará algún día. Yo , hizo un ademan exagerado con las manos, aunque como las tenia atadas aún, no se noto tanto como el movimiento que hizo con la cabeza para referirse a sí misma soy Cavi, Señorita de Quod, el mundo inmaterial, los que mueren y aún no encuentran otra vida, de allí soy yo. Y Mamby… ella suspiró, obviamente se refería a la última chica, la de rosa, es de las hadas terminó de explicarme . Así que por conclusión todas aquí somos princesas, a menos que ustedes sean eslabones perdidos.

De los vampiros murmuró Quim. Tal vez cierto, tal vez no, pero por cómo era Kydrin y como era ella, era muy probable que no mintiera.

Ah claro, ¿cómo pude no pensar en ellos? Cavi aún me miraba fijamente, como queriendo desenmascarar lo que intentaba ocultarle

Entonces tú…

Sentí como el calor me invadía y un poco después las ligaduras de mis manos comenzaron a arder. Cuando me percaté de lo que estaba sucediendo terminaron de quemarse y me solté.

¿Del fuego? insinuó Cavi.

Eslabón perdido

mentí mientras me desataba los pies.

Justo en ese momento todo quedó en silencio. Sentí una mirada una mirada sobre mí y unas manos frías en mi espalda, hiriéndome con los dedos.

¡Querida mía! Sabía que serías la primera en intentar escapar, ¿pero sabes una cosa? No puedes escapar dos veces de mi

su voz siseaba un poco, cadenciosa, melódica.

Me levantó y se acercó, su rostro me recordó al de los ángeles, y su mirada a los demonios.

¿No sabes ya que las cosas no suceden dos veces igual, mi querida Irina? él aún estaba sujetando mi mentón, examinándome.

Mairi, mi nombre es Mairi.

No, no, de ahora en adelante volverás a ser Irina. No por nada te vigilé por tanto tiempo, ¿te imaginas mi tortura de verte todo el tiempo con ese guardián tuyo? sus dedos se pasaban por mi rostro, pero aún así estaba petrificada Recuperaré mi legítimo trono, querida, aunque tengas que desaparecer para que lo consiga.

Su trono… él es parte de mi familia

pensé rápidamente.

¿Quién eres?

Biológicamente soy hermano mayor de tu madre , dijo pacíficamente, pero para la siguiente parte su voz fue más mordaz

pero por alguna razón extraña la heredera fue ella y no yo, como si una simple flor pudiera mantener la paz… no por mucho tiempo más le durará el gusto.

Anelise y yo contuvimos el aliento, la voltee a ver y a las demás, ellas estaban asombradas por “la princesa que era”. Me enojé.

Las personas solo buscan a alguien por lo que puede ofrecerle y no por lo que es, me recordó una vocecilla maliciosa en mi mente.

De nuevo el calor inundó mi cuerpo y mi mente, y él me soltó.

¡Ah! ¿Qué hiciste pequeña bruja? me gritó bloqueamos tus dones, no deberías poder hacer eso.

Nada pasa dos veces de la misma forma

le recordé.

Aparecieron tres guardias mientras yo acorralaba al principito.

¿Necesitas ayuda, Mairi? escuché a Quim detrás de mí, pero antes de que pudiera responder escuché un grito de las chicas.

¿Qué son ustedes? esa fue Cavi. Suspiré.

Lo lamento, princesa Cavi, pero aprenderá a defenderse tal y como nosotras aprendimos le avisé.

A la mala y para salir de un secuestro terminó por mi Quim, sonando un poco siniestra.

Quim, desátame por favor, puedo ayudarles

la voz de Mamby era tan metódica como su apariencia lo hacía creer. Quim no dudó y la desamarró, Mamby enseguida desplegó sus seis pequeñas alas de libélula, además de sus dedos salían pequeños rayos que por precaución no quise tocar.

Las demás chicas estaban estupefactas, pero para sorpresa mía, por su propia cuenta Yely se soltó y golpeó a un guardia en la cabeza, dejándolo inconsciente.

Ups fue lo único que dijo, luego estallamos las cuatro a carcajadas.

¿Señorita Quim, puede quitarme esto de encima, por favor?

la voz de Anelise era como el susurro del viento, suave, con una música propia.

Mi amiga se apresuró y entre las dos desataron a Suzari y Cavi, que eran las únicas que quedaban. Mientras tanto Mamby y Yely terminaron con los guardias, y al poco rato terminamos de inmovilizar al chico ónix.

¿Quién eres? fue lo primero que le exigí saber cuando despertó.

Oh, mira como se han invertido los papeles , dijo muy sonriente, como si no estuviera atado de pies, manos, piernas, cintura, pecho y cuello, en pocas palabras; mas atado no podía estar

mi vida, te ves hermosa cuando asumes el poder.

No me contuve, le di un puñetazo en la cara lo más fuerte que pude. Él volvió a reírse y me lanzó un beso, como si le hubiera gustado mi gesto.

Al parecer el poder se te da bien, mira las maravillas que pueden lograr los genes él me veía como si fuera una niña que se negara a dejar de jugar.

¿Y dime, piensas que secuestrando a tantas princesas podrás obtener sus poderes?

No, solo quería jugar.

¿Ah, sí? ¿Te parece divertido raptar a unas chicas?

Si, por cierto, ¿cuándo obtuviste el don del calor? él me vio muy sugestivamente, dándome a entender perfectamente el doble sentido.

Oh, amor, tú me has ayudado a liberarlo le dije, esperando a que mi burdo intento de coqueteo tuviese efecto pero cielo, al menos deberías decirme tu nombre.

No, Irina dijo agitando la cabeza

lo cursi no te va.

Volví a endurecer mi expresión, era tan desesperante, tan pretensioso, tan egocéntrico y tan narcisista. Insistí, alguien debía hacerlo.

¿Quién eres?

Onix.

Que original.

Mi amor, en mi familia no eran muy creativos que digamos.

No soy tu amor…

Yo estaba hablando aún cuando Quim se me adelantó y lo dejó noqueado. Gracias a ella, Onix al fin se había callado. Empecé a sentir un dolor de cabeza, pequeño pero persistente, inquietante, poco a poco unas imágenes se fueron formando en mi mente y…

Mairi, deja de jugar con los prisioneros, tenemos poco tiempo para irnos v me regañó Quim.

Ya se…

~¿Mai?~ dijo el viento.

Perdón, ¿dijiste algo? pregunté.

Lo último que dije fue que no jugaras contestó Quim, confundida.

¿Y tú Anelise?

Nada

me respondió sin mirarme, como si estuviera avergonzada.

~Mai, lo siento, quería decírtelo pero llegó Yurem y no encontré la oportunidad~ volvió a susurrar el viento. Esta vez sí sabía quién me hablaba.

Corrimos por los pasillos, y la voz de Kydrin seguía sonando en mi cabeza, no tanto como desconcentrándome, sino manteniéndome alerta.

¿Alguien ya sabe cómo salir?

preguntó Yely.

~A la derecha~ dijo Kydrin después de una pausa.

¿Sabes cómo puedo salir de este lugar?

~Incluso sé donde están~

Avisa a sus familias que ellas están bien.

Por mi mente pasaron los rostros de las chicas para que él pudiera visualizarlas, dejando al final el de Anelise y Quim.

~¿Ella también está allí? ¿Están bien?~

Si, y tiene alas

le confirmé.

~A la izquierda~ me siguió indicando.

Quim… ¿Cómo le iba a decir que Kydrin se preocupaba por ella, sin parecer una loca?

¡Allí van!

gritó alguien mientras abríamos una puerta que afortunadamente daba a la salida.

Escapamos, y luego como medida preventiva intentamos atorar la puerta para que nadie saliera.

¿Quiénes tienen alas?

Para mi sorpresa, todas levantaron la mano, pero excepto por Mamby, Anelise y Quim, las demás eran apenas unas principiantes. Cada una sacó las suyas, cada una del color del que iba vestida, y sin romper ningún ropaje.

Yely tenía alas de halcón, bastante diferente a su personalidad. Las de Suzari eran como los colibríes, pequeñas, azules y muy veloces. La insistente Cavi tenía unas idénticas a las de las palomas, en color violeta, obviamente, que además imitaban a la perfección los movimientos de sus brazos. Las de Anelise eran tal y como me las había descrito Yurem, verde esmeralda, estilo mariposa forma. Mamby no había ocultado las suyas, y aún estaba revoloteando alrededor nuestro.

Intencionalmente dejé las de Quim al final, naturalmente eran naranjas, como si fueran las de un murciélago, pero la película de sus huesos era tan delgada que casi podía verse a través de ella. Ella lo dijo antes, las heredó de su padre.

Hice aparecer las mías, y ellas se llenaron de asombro.

¿Siempre han sido así? preguntó atónita Anelise.

¿Así cómo?

Como si estuvieran en llamas.

Lla… volteé a verlas, y tenía razón, me dio miedo, ¿cuándo iban a dejar de cambiar? Luego haciendo acopio de mis fuerzas, logré decir no eran así…

¡Abran! gritaron desde dentro.

No es hora de pensar en eso, si no salimos pronto nos capturarán de nuevo apremió Cavi.

Llévalos a un lugar seguro

le dije apresuradamente a Anelise, ella solo asintió, tomó de la mano a Cavi y Suzari y emprendió el vuelo. Enseguida fue seguida por Yely.

Respiré profundo y cerré mis ojos, necesitaba hacer algo, esto no se podía quedar así, y luego, cuando ya estaba ideando algo el dolor de cabeza re

Empecé a sentir un dolor de cabeza, pequeño pero persistente, inquietante, poco a poco unas imágenes se fueron formando en mi mente y…

¿Tienes algún plan para salir de esto? me preguntó Mamby a mis espaldas.

A decir verdad debo sugerirles que se vayan, yo no pienso correr esta vez les confirmé hablando muy seriamente Yo pienso quedarme a contenerlos lo que pueda…

¡No lo hagas! me interrumpió Quim Eres la única que crea el balance aquí…

¿De verdad eres Irina, no? me cuestionó Mamby.

Si suspiré de verdad váyanse, yo me quedaré a retenerlos y no tengo autoridad sobre ustedes así que si quieren llegar con sus familias pronto pueden irse.

Esta es la clase de cosas por las que me gustaría entrar al ejército respondió alegremente mi amiga.

¿Irme? No, no puedo hacerlo, se supone que existimos para servir a los reyes del mundo entre los mundos y no me perdonaría jamás dejarla aquí, y menos porque se trata de la heredera.

No lo menciones, es como si todos hubieran escrito mi futuro a su conveniencia.

Hola preciosa dijo una voz odiosamente conocida a mis espaldas.

Casi pensé que tardaría más le dije exasperada.

Lo siento, pero los nudos que me hiciste estaban muy apretados.

Pensé que los había dejado muy flojos le dije tranquilamente.

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