Princesa del Cuento. XX

Hola!!

mi examen de Estadistica fue un asco

pero bueno

el promedio me da 9

pasable no??

aki les dejo el capi....

ya es el 20!!

20.

Wow, esto no lo esperaba, ¡wow!

Él agachó la cabeza y me besó la oreja, fue bajando hasta mi cuello. ¡Maldito! ¡Christopher es un maldito! Intenté buscarlo con mis labios y él se alejó como si nada, casi como si yo no le importara.

–

No…

–

No pequeña, debemos esperar hasta que nos den permiso – intentó disuadirme.

–

Pero…

Él me tapó la boca con una mano y la besó justo en el espacio donde deberían estar mis labios.

–

Déjame participar en su conversación, meine Liebe –

dijo besándome en la frente.

Casi lo había olvidado, estábamos hablando de que él me había engañado, más bien ocultado, que Kydrin tenía familia, pero luego salió el tema de los celos y bueno… me distrajo de nuevo.

–

¿Qué significa?

–

¿Qué? ¿Meine Liebe? – preguntó confuso.

–

Sí – asentí.

–

Mi amor.

–

Ya en serio – le reproché.

–

De verdad, meine Liebe significa “mi amor” – intentó explicarme.

–

¿Y por qué me lo dices tanto? – me quejé, es tan extraño.

–

Porque te amo – puso los ojos en blanco, como si fuera lo más obvio del mundo, y mi pregunta la más absurda de todas.

–

¡Pero también llamas así a Gena! – recordé.

– No, Gena es “mein lieb” y tú eres “meine Liebe”. – oh me confunde... –

Ella es “mi querida” y tú, querida mía, eres “mi amor”.

–

No noto la diferencia.

Él se rió estruendosamente, me pasó un brazo por los hombros y me jaló a la salida, conduciéndome de regreso a la habitación de Quim. ¿Cómo cuánto tiempo nos quedamos platicando en el baño?

–

Vamos aún no le dices a Quim que eres una princesa –

me recordó mientras caminábamos de regreso.

Eso me puso nerviosa, pero avancé, como si él me estuviera conduciendo directamente a mi funeral.

Nunca me soltó, ni cuando Quim nos abrió la puerta de su recamara, ni cuando nos sentamos en la orilla de la cama que había estado preparando para mí. Tampoco habló, solo se limitaba a mantener el contacto físico y mirarme.

–

Quim, debes prometer que lo que te diga será un secreto y no se lo contarás a nadie, mucho menos a tu madre – le advertí.

–

¿Qué tú y el niño ese son pareja? – propuso.

–

¿Lo prometes? – insistí.

–

Si –, dijo después de unos segundos.

–

Mi nombre es Mairi desde hace unos 14 años, pero no nací con él, realmente me llamo Irina… – comencé, pero ella me interrumpió.

–

¿Cómo la princesa?

–

De hecho soy la princesa –

le solté, basta de rodeos.

Ella se empezó a reír, al parecer me estaba tomando a loca.

–

Tan segura estoy que puedo decirte que tarde o temprano Kydrin vendrá – tomé aire, esto iba a ser más complicado de lo que esperaba, pero al menos Christopher seguía conmigo. – Hace unos días, en casa de Christopher fuimos secuestrados por alguien, pero logramos escapar, ahora nos siguen, el caso es que también estaba allí Kydrin, bueno se ve más joven que en la foto…

–

¿Eso quiere decir que no mientes?

–

Exacto.

–

¿Se ocultan de secuestradores en nuestra casa?

–

Si – algo no iba bien.

–

Ok – ella sonrió, no lo sé pero lo hizo parecer muy sospechoso – imagino que sería un problema que mi madre se enterara.

–

Si… – respondí cautelosamente.

–

Quiero ir con ustedes a cambio de mi silencio – ¡Ella estaba poniendo condiciones!

–

No p…

–

Hecho – me interrumpió Christopher, era la primera vez en toda la conversación que hablaba –

arreglado eso, prepara tus cosas Quim, partimos en dos días, estés lista o no.

Él no dijo nada más, me levantó en sus brazos, y me cargó hasta mi cama. Luego besó mi cabello y respiró mi aroma.

–

Duerme bien, meine Liebe –

susurró en mi oído antes de irse.

Me sumí en sueños enseguida. Por segunda vez desde que empezó el viaje quedé rendida sobre mi cama, pero esta vez no soñé.

　

–

Así es Gena –, él estaba sentado junto a ella, y Gena le sostenía las manos en ademan posesivo – mi madre nos llamó de regreso, y tendremos que volver mañana mismo.

–

¡Pero Christopher!

–

Lo siento Gena, pero tenemos que irnos.

Me di la vuelta, no quise ver la escena, además que olía exquisitamente en la cocina.

–

¿Y cómo te la llevarás? – preguntó Gena justo cuando entraba en la cocina.

–

Volando.

Me detuve, había algo que no estaba saliendo bien.

–

¿Te la llevarás abrazada o la cargarás? ¿Acaso mandarás a traer un vehículo solo para ustedes dos? – sonó amenazante, me alegré de no ser él.

–

Es asunto mío.

De repente sentí la mano de alguien sobre mi boca, y otra presionando las cicatrices de mis alas, lastimándome. El delicioso aroma estaba demasiado cerca, y comenzaba a sofocarme.

–

Hola hermosa, ¿me extrañaste? – la voz se me hizo conocida pero no di de donde, además ese extraño olor dulce provenía de él – Ahora no venimos por tu amigo, pero nos será de utilidad la señorita Kydrin. Qué bien que hayas disfrutado tus días de fuga.

–

Yo…

–

Sh – me susurró.

–

¿Mai? –

escuché a Christopher llamándome, luego oí pasos. Después nada. La luz también se había apagado.

Comenzaba a acostumbrarme a este estado de shock, pero aún así no pude ver nada más allá del interior de mi cabeza.