martes, 7 de abril de 2009

Princesa del cuento. II

WoW. en este cuento si voy rápido. jaja

esk estoy muy emocionada xq son vacaciones

jajaja

vale

que lo disfruten!

♥kiss♥

Ann




2.




Desperté, que alivio, eso pensaba. Sue llegó temprano por mí, como siempre, antes de que decidiera levantarme y después de que sonara mi alarma. En el lapso que había entre estos momentos, yo me dedicaba a analizar y anotar en un cuaderno lo que había soñado, y así no tenia miedo de olvidarlo, algo como un diario de sueños.


Sue es tan buen amigo y tan puntual, que me esperaba siempre los quince minutos que tardaba en arreglarme para la escuela, y es tan buena persona que cuando llevaba cosas extras, se ofrecía a ayudarme con algunas. Ah como extraño a Sue.


Ese día en específico había algo extraño; llegó Sue y desayunó conmigo, me arreglé y corrimos a la escuela, era la primera vez que se nos hacía tarde por mi culpa.


En una escuela secundaria como lo es Patria, a nadie se le hacía raro que yo llegara todos los días acompañada de “Kydrin el apuesto”, a nadie excepto a las MP (Miss Popular). Ellas eran un caso especial. Según su código del club “Kydrin el apuesto”, nadie debía llegar a solas con él, y menos ‘una triste estudiante de segundo’, y lo que querían era ser ellas quienes fueran con mi amigo a la escuela, y lo que era peor para sus autoestimas era que él se empeñaba en llevarme hasta mi clase. Por supuesto, cada vez que le contaba mis observaciones, él se reía y me reprochaba que no era posible, que estaba imaginando cosas.



Creo que ese día aparecieron muchas revelaciones, entre ellas el hecho de que Sue se diera cuenta de que jamás mentí ni aluciné nada, para variar.


Sue aparenta un año y poco más que yo, así que voy un curso antes que él. Ese día me dejó en mi salón y prometió que nos veríamos en el receso, aun todo iba bien. Una vez que se dio la vuelta, conté mentalmente hasta diez y vi aparecerse a las tres MP de mi grupo, Sophie, Lucía y Mónica. Por ley del club, me odian.


Todas ellas vienen con uniforme, y francamente no tengo idea de cómo hacen para que la falda y la camisa les queda como ropa de diseñador, aunque estoy casi segura de que han ido con uno para que les arregle el horrible uniforme. Y aunque esto me intrigue, no voy a preguntarles, y menos conociendo la respuesta (no es de tu incumbencia, o, ¿celosa?). El caso es que hoy no iba a ser la excepción del interrogatorio… que planeaba evitar.


– No, no es mi novio. Si, si me vino a dejar. No, no te voy a dar su número…


– No iba a preguntarte eso – la respuesta de Lucía, una chica morena, alta, de ojos negros, me dejó desconcertada – yo, este, quería saber que haces para que… Kydrin pase tanto tiempo contigo.




¿Eh? Eso no lo esperaba, y menos que titubeara al momento de decir su nombre.




– Conozco a Kydrin – No lo llamo Sue cuando hablo acerca de él en la escuela – desde hace unos años, no he hecho nada especial para que él sea mi amigo.


Cuando recién conocí a Sue le decía, “hey tu, niño nuevo” pero a partir de que él se quejó y en clases empezaron a ponerle sobrenombres, yo le llamo Sue.


Salvada por la campana.


Afortunadamente después de eso, las MP no me molestaron más, pero justo antes de comer el comentario de la mujer esa noche sonó en mi cabeza.




… Sus vidas son más inestables…


Murió mi abuela.




Me llamaron a la escuela para avisarme. No se exactamente como llegué a mi casa, creo que me dieron permiso para ausentarme del colegio, pero no recuerdo haber caminado hasta mi casa.

Reaccioné a mi entorno cuando sentí una presión en mi mano.




–… bien.


No tenía ni idea de en qué momento había llegado Sue, y menos desde cuándo me llevaba abrazada, como para infundirme valor a la vez que soportaba mi peso.




–… caso.




Desconocía lo que me estaba hablando. Intenté mostrar incertidumbre en mi expresión, no creo que hubiera mucho cambio.




– No comprendo – logré decir.




– Decía que todo está bien, y que no me estabas haciendo caso – repitió amablemente.


Tardé algunos minutos en procesar lo que quería decir, honestamente no se cuantos. Una vez entendí a lo que se refería me puse a gritar como histérica.




– ¿¡Todo bien!? ¿¡Todo bien!? ¿De qué estas hablando? ¡Mi abuela murió! ¿Sabes? ¡Murió! ¡Eso no entra en el concepto de bien!…




– Lo se – me interrumpió.




Me ayudó a entrar a la casa. Mi familia le agradeció a Sue por apoyarme, pero él no le tomó importancia a lo que hacía por mi, como si fuera cosa de todos los días.




Una vez que terminó todo, Sue seguía conmigo y no tenía intenciones de separarse. Dije que estaba cansada y me fui a mi habitación, él seguía acompañándome, entré y me asomé a la ventana, estaba contrariada. Oí como se cerraba la puerta, creo que también cuando se ponía el seguro, y como sonaba mi cama. Él estaba sentado cómodamente en ella.


No entendí por qué hacía esto, pero no te tomé importancia, ni siquiera creo haberme dado cuenta de lo que se proponía hacer.

1 comentario:

Stitch dijo...

wauuu genial historia eh!!!
muy buena
te deso suerte en ese proximo concurso XD
nos vemos
sigue con tu inspiracion