lunes, 6 de abril de 2009

Princesa del cuento. I

Ahh... que bien esta eso de mostrar otra vez mis creaciones...
PRINCESA DEL CUENTO.... es su mejor titulo... solo estaba escribiendo la historia y leí una de las lineas que mas me gustan.... y dije "claro, es el título perfecto"
El caso es que esta historia empezó en mi cabeza... salió por mis dedos... y se escribió en mi celular... entonces ahora mismo estoy transcribiendolo... a la computadora...
Prometo Solemnemente que mis intenciones no son buenas ... ah no, eso no era jeje, Prometo terminar esta ... de hecho debo terminarla porque es para un concurso de la escuela...
Solo a mi se me ocurre inscribirme a un concurso en donde todo el mundo verá mis creaciones y mi (a mi parecer) precaria redaccion.
Disfrutenlo y espero sus comentarios...
♥kiss♥
Ann

1.

Cuando me di cuenta de lo que pasaba a mi alrededor, era demasiado tarde, ya no tenia manera de cambiar, nunca hubo alternativa, era entonces mi destino ser así, era mi forma de ser lo que me delataba, era mi manera de ver el mundo lo que me había cambiado, ya no era yo como siempre me había conocido, era alguien mas dentro de mi cuerpo, o mas bien es que mi otro YO jamás existió, y este, mi verdadero ser, siempre habia estado ahí esperando a ser descubierto.

Quien iba a sospechar que ni siquiera pasó nada de lo que siempre me dijeron que pasaba, que las cosas raras que ocurrían a mí alrededor eran cosa mía, y no simple ‘casualidad’. Lo acepto, debí notar que algo no era normal cuando en segundo grado, la pequeña Mary Lozano cayó enferma de una ‘mutación de gripe’ que estaba imaginando unos días antes, y curiosamente se presentara después de decirme que yo era rara, loca y además torpe. Sí, eso debió ser muy obvio para ojos observadores, pero no para una niña de ocho años que estaba molesta por un ‘simple comentario’ (determinado así por mi mamá ese mismo día).

Si lo pienso detenidamente, mi historia parece algo como los cuentos de hadas, a esas historias donde la princesa es atacada por espíritus y llega su príncipe a salvarla antes de que ellos se la coman viva, claro, en mi historia, ni yo soy la princesa, ni llego mi príncipe a salvarme. Aunque el niño que vino a mi rescate sea muy guapo, para mí siempre ha sido mi adorado amigo Kydrin, mejor conocido como Sue.

Tan tierno como en los cuentos de hadas, Sue llegó a rescatarme; de mi misma, pero a rescatarme a fin de cuentas. Entonces, ni soy princesa, ni soy bruja del cuento, así que, ¿qué soy?

Tal vez algún parásito que quedó atrapado en este universo, eso es lo más correcto que puedo pensar. Algo así como ni soy de aquí, ni soy de allá, claro que el espacio entre estos dos puntos, no existe, por lo tanto debo pertenecer a una realidad alterna, tal vez de alguna estrella lejana o de un virus creado a partir de algunos más.

Mi mamá sigue asegurando que soy totalmente normal, pero claro, jamás le he creído del todo, ahora claro, a mis 14 años de edad, tengo una visión más amplia de lo que me rodea, de lo que el mundo conoce, aunque pienso que son cosas simples, como el mundo visto desde mi punto de vista, y de Sue, o el porqué de mis horribles calificaciones en mi escuela, y el hecho de que nadie comprenda mis respuestas lógicas (lógicas para mi, obviamente) y que haya comprendido la función de la mayoría de los maestros en la escuela, que es solo pasar el tiempo en el colegio para recibir un ‘pago por sus servicios prestados’ .

Todo este rollo de delirio de diversidad de personalidades empezó por un simple trabajo de la escuela: “Si no vivieras aquí, ¿Dónde estarías? Si tu vida no fuera esta, ¿Cómo sería?… Si tú no fueras Tú, ¿Quién serías?”, y algunas cosas más por el estilo. El punto es que una noche estaba pensando acerca de esto antes de dormir, y perdí en conocimiento, caí en un sueño profundo y cuando comencé a soñar, vi a una mujer, que me dijo muy maternalmente:

– ¡Por fin has vuelto!

Pasó mucho tiempo para que me enterara de que era lo que me estaba hablando, pero no en ese instante, el sueño nos juega malas pasadas, pensaba pues en ese instante me desperté. Momentos después me percaté de que no habia sido solo yo y mi conciencia quienes habíamos despertado mecánicamente, sino que mi alarma del despertador habia estado sonando por casi diez minutos. No fue la única noche que ella estuvo en mis sueños, tuvimos muchas charlas, a decir verdad, pero nunca escuché su nombre salir de sus propios labios, como si el espacio que había entre nosotras o el medio por el que hablábamos fuera suficiente para desaparecer detalles innecesarios. Simples Sueños, concluí después de la tercera noche, solo eran producto de mi inconciente imaginación al querer crear una realidad aparte de esta. No pasan realmente, me dije una y otra vez para convencerme.

Todo iba bien hasta ahí, hasta que ella dijo:

– Irina – ella siempre me llamaba así –, debes aprender que las vidas de los de donde vives son muy inestables, ellos mueren más rápido que nosotros…

No alcancé a escuchar todo lo que tenia que decir, pero con eso me bastó, para comprender que algo no iba a estar bien en ese día.

No por nada sabía que una muerte no es comparada con nada, y era plenamente conciente de eso… porque jamás nadie cercano a mí había muerto.

No hay comentarios: