domingo, 30 de noviembre de 2008

Desideratum I


Bueno ya habia dicho que iba a escribirles un poco de Desideratum, así que les voy a escribir hasta la primera parte porque me da sueño y tengo bastante tarea para mañana

Ojos castaños, cuerpo delgado, cabello ligeramente largo y lacio, tan sedoso que muchas chicas le tenían envidia, castaño y, en la luz se veían destellos dorados, facciones estilizadas, piernas largas, delgadas y bien moldeadas, caderas estrechas y de tez clara, morena clara.
Ella se veía muy bien caminando por los pasillos de la escuela, pero habia algo que hacia que todos se alejaran, tal vez el motivo fuese que ese día era justamente el primer día de clases, aunque era poco probable, porque era el primer día del primer curso de todos ellos, pero tal vez algo de su apariencia los hiciera alejarse.
"Hola a todos, bienvenidos a su primera clase en la escuela Superior del Este. Ahora les explicaré las reglas..." decía la profesora, y empezó a leer el reglamento del colegio.
Obviamente, nadie le ponía atención, para todos ellos era también su primer día en esa escuela, y muchos no se conocían, por tanto estaban presentándose en voz baja.
"Hola, mi nombre es Alcatraz" dijo una chica a otra.
"Yo soy Marcos" hablo un muchacho.
Murmullos, murmullos y mas murmullos, entre chicos y chicas a su alrededor. Ninguno se dirigía a ella. Pero al parecer, muchas de esas voces eran para un chico, que, a su gusto, era un 'niño bonito' con cerebro de cacahuate.
Ella sonrió, porque su pensamiento parecía acertado. Varias chicas la miraron con repulsión, y una comentó que su sonrisa no parecía natura.
"Profesora, ¿nos va a dar los horarios?" dijo, aunque su voz sonó fría y casi hueca. Intencionalmente.
"Diga su nombre, señorita" le contestó la maestra desafiante.
"Jut, Juno Jut" le respondió con el mismo tono frío que habia usado antes.
Muchos de los presentes se giraron hacia ella al oír su nombre, alguien comentó que era un nombre muy bonito para alguien tan extraña y otro dijo que era el nombre más raro que existía. Todos estaban murmurando acerca de ella. Todos excepto el “niño bonito”.
“Señorita Jut, sus horarios deben ser recogidos en la administración… ¡hey!, espere señorita, ¿A dónde cree que va?” le pregunto la profesora.
Juno se había levantado de su asiento, habia tomado su mochila y estaba con una mano sobre el picaporte de la puerta cuando la maestra le habia preguntado eso, cosa que por cierto le dio risa, pero, solo por cortesía contestó:
“Voy por mi horario, no veo nada mas interesante el día de hoy. Conozco todas las reglas que ha dicho y va a decir – he infringido muchas en los últimos años, pensó – y como en eso se nos va a ir toda la clase, pienso mejor aprovechar mi tiempo en algo mas productivo”. Y sonrió ligeramente al ver como la maestra iba frunciendo el seño, apretando los labios, y adquiriendo un color en su rostro entre rojo y morado, todo al mismo instante.
La maestra se había quedado sin habla, y también sus compañeros, además como nadie le puso ninguna objeción, salió del salón de clases y se dirigió al modulo de información. Obviamente todos estaban en clase, y pudo pedir su horario sin tener que hacer fila.
“Eres valiente” dijo una voz a sus espaldas.
Jamás habia escuchado esa voz. Era profunda y musical. Casi le asustó.
¿Valiente? Jamás alguien le habia dicho eso, y al momento supuso que no era ese comentario dirigido a ella, por tanto, giró y justo cuando iba a empezar a caminar hacia la salida, lo vio allí, de pie, justo detrás.
Alto, tez clara, ligeramente pálido, cabello corto, lacio, color negro intenso, y según se notaba, muy suave. Facciones marcadas, ojos plateados, y un poco hundidos, labios no muy delgados y mandíbula ligeramente cuadrada. Hombros estrechos, torso delgado. De hecho, todo el era delgado.
Parecía el Adonis de todas las chicas que lo veían. Todas menos ella.
Ella seguía pensando que el era un “niño bonito” con cerebro de… cáscara de cacahuate, porque su mente parecía muy grande, pero ella pensó que estaba vacía por dentro.
“¿Valiente? ¿Por qué crees que soy valiente?” preguntó ella.
“Porque dices lo que piensas” contestó.
“A eso se le dice honestidad, a veces incluso, se le llama descaro” argumento ella.
“Con honestidad o con descaro, decir lo que piensas es un acto de valentía” repuso él.
“¿Y tú quién crees que eres para declararme valiente o no?” lo cuestionó ella en su defensa, para empezar a desviar el tema.
“Pues yo soy el que está intentando hacer que entres en razón” contestó él, orgulloso por su argumento.
“¿De verdad crees que soy una niña pequeña que necesita ser reprendida por no querer aceptar lo que le dicen los demás?” preguntó.
“Solo creo que deberías escuchar los comentarios de los otros”
“¿Escuchar las tonterías que dicen?” comenzó a reírse, como si fuera lo mas gracioso que le hubieran dicho, “mejor deja de molestarme y de quitarme mi tiempo que es tan valioso”.
Ella dio media vuelta, pues ya se encontraban discutiendo en la entrada de la escuela, y se dispuso a salir, pero sintió que una mano la sujetaba del hombro. Molesta, dio la vuelta y vio que estaba demasiado cerca de él, y ¡ni siquiera conocía su nombre!
No se había percatado de que tan alto era. Ella no era alta, pero se daba cuenta de quienes eran altos y quienes no.
Se estaba acercando a ella, y, según notó, quería abrazarla. Pero ella no quería y comenzó a retroceder.
Él la rodeó con un brazo por la cintura, intentando acercarla, pero no lo conseguía. Así que se acercó él. ‘Solo el roce de sus labios, solo eso quería’ pensó él.
El pánico comenzaba a aparecer en ella. Él intentaba besarla, ¿quién se creía? ¿acaso pensó que con decirle valiente iba a dejar que la besara? ‘Ni lo sueñes’ pensó ella. Pero cada vez estaba más cerca.
Si no puedes con el enemigo, entonces…
… mándale a alguien más.
“¡Auxilio, acoso!, ¡Auxilio, este tipo me está acosando!” gritó ella de pronto intentando soltarse.
Varias personas acudieron, viendo lo que ella queria que vieran; ella intentaba soltarse, sin conseguirlo, y él la retenía a la fuerza, mientras, pasmado, había dejado de intentar besarla, ya que su grito la sorprendió mucho.
Luego ella no quiso levantar cargos en contra de este muchacho, porque, prefirió que lo alejaran de ella, y, además, no conocia su nombre.
Él se disculpó y la miró, intentando asesinarla con la mirada. Como nadie vió eso, el no tuvo mas castigo que un regaño.
“Lamento lo ocurrido, señorita Jut” dijo el director apenado, “espero que no lo comente a su distinguido padre”.
“No se preocupe, señor Lafaye, mi padre no se enterará” respondió ella “pero espero que este joven, cuyo nombre desconozco, no vuelva a intentar lo de esta mañana, gracias por sus molestias, señor Lafaye. Hasta pronto”
Dio media vuelta y, por fin, se dirigió a su casa.

3 comentarios:

Nay Tiyi dijo...

El personaje principal femenino me hace acordar a... Despertar.
Estoy intentanto acordarme el nombre del libro.
En fin!
Me gusta ^^
Espero leer la continuación.
Un beso.
Nay

fANniiziitA dijo...

olazZ!
puss
como se borro
el primerito
ke hise te pongo otro!
jojojoj

este....

me encanta sol de media noche!
a y tu novela no ke se diga!
tambien esta genial!!


jojoo

^_^!


chao!

Nay Tiyi dijo...

te confiezo que yo suelo escribir en la maquina directamente.
Es difícil de explicar, peor podemos resumirlo a que a velocidad a la que escribo a mano mi letra se hace ilegible. Jaja

Me alegra mucho que sigas la historia ^^ Voy a estar calmando algunas dudas pronto. Sobre todo la identidad de Morgana.

Vos como andas? Como va el proyecto? Ya hay segunda parte?

Un beso enorme!
Nay